Tú eres abogada de Imposibles, consuela a mi pobre Corazón confiado a la Misericordia que tuviste siempre para los pobres pecadores el poder de alcanzar del Señor la gracia que te pido.
Te prometo rezar tres Padres Nuestros, tres Aves Marías y tres Glorias, al Padre Celestial y llevar a la iglesia esta oración, dejándola en un lugar visible para propagar tu devoción y la de San Antonio de Padua, el gran Santo de los Milagros.